Quería comenzar el blog compartiendo algunas reflexiones
acerca de las dificultades con las que nos encontramos los psicólogos, a la
hora de ejercer nuestra profesión
Al principio pensaba que las mismas eran intrínsecas a la
profesión, pero a través de los años he comprendido que las dificultades
provienen del statu quo que tiene la Psicología como ciencia y como profesión.
A pesar de ser licenciados universitarios cuya profesión
está regulada por organismos del estado (Ministerio de Educación, Ministerio de
Salud Pública), somos ignorados por unos y por otros.
Como técnicos sanitarios, la presencia del Psicólogo en
hospitales y centros de Salud, es muy inferior a la de otros técnicos.
Por otro lado, en el imaginario social, se asocia al
Psicólogo con la enfermedad, con la “locura”, nunca con la salud. Es así que nuestra inserción laboral siempre ha estado
asociada a la psicopatología, a los diferentes trastornos, a la enfermedad
mental.
Sin embargo, hoy día los psicólogos en general realizamos una
labor muy importante en el ámbito de la prevención y promoción de salud mental. Es importante recalcar, que en el ejercicio de
nuestra profesión hemos conquistado otros territorios además del clínico, como
por ejemplo ámbito educativo, mediación jurídica, grupos, organizaciones,
familias, etc. ninguno de ellos exento de dificultades, probablemente porque
siempre compartimos competencias con otras profesiones más o menos cercanas a
la psicología.
De ahí que la presencia del intrusismo profesional sea
tan evidente, así como nuestra desprotección frente al mismo.
En el ámbito laboral, la mayoría de los encargados de
Recursos Humanos provienen de otras carreras universitarias o profesiones, y en
el clínico se están poniendo de moda algunas disciplinas cuya base puede
resultar tan dudosa como la capacitación de quienes la llevan a cabo.
Pese a todo ello, hay algo que siempre me impulsa a
seguir y esa motivación la encuentro en mi vocación.
Para mi ser
Psicóloga no solo me define como profesional sino como persona, porque me gusta
lo que hago y creo en ello, como también creo en el ser humano y en sus
posibilidades.
Después de todo la
Psicología es una profesión viva actual y dinámica que nos permite ayudar a otras personas a
desarrollar sus potencialidades, a responder a problemas en situaciones
concretas, a emprender otros caminos, a buscarse y encontrarse, a atravesar
miedos, dudas, incertidumbres, angustias, dolor, amor, deseos, fantasías, en
fin, todos los sentimientos y sensaciones
que nos hacen ser las personas que somos.
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
ResponderEliminarMe encanta tu entrada. Qué razón tienes Patricia. Además en España no se considera al psicólogo como un profesional de verdad. A mi me han llegado a decir que el que va al psicólogo es porque no tiene amigos. Esperemos que poco a poco las cosas vayan cambiando y se nos vaya teniendo en cuenta en todo el espectro que va desde la prevención hasta el tratamiento.
ResponderEliminarGracias Ana seguro que juntas lo lograremos
EliminarBien Patricia!!! Reivindicar nuestro rol profesional, reivindicando el valor de la persona.
ResponderEliminarGracias Ali, colegas como tu y Ana me motivan.
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